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El Flexicar Fuenlabrada vuelve a realizar un gran partido para vencer 99 – 81 al Fibwi Mallorca y sumar la cuarta victoria en liga. El encuentro fue mucho más duro e igualado de lo que indica el marcador final.

El Flexicar Fuenlabrada transmite muchos conceptos en las primeras semanas de competición. Confianza, compañerismo, inteligencia, compromiso, talento. Hoy nos quedamos con una de esas realidades que hacen posible un inicio maravilloso de temporada: la energía.

Para ganar a un equipo tan aguerrido como el que ayer visitó el Fernando Martín eran necesarias altas dosis de energía. Y damos fe de que la energía recorrió a raudales cada rincón del pabellón, una red eléctrica que cubría el parqué, el banquillo y las gradas en pos de una nueva victoria, la cuarta en liga, la quinta si sumamos la de Copa.

Justo es decir que el primer interruptor lo encendieron los mallorquines, que entraron al choque más enchufados que nosotros. Las defensas visitantes hacían masa cada vez, con mucho contacto que nos incomodaba en cada ataque. El primero que se conectó en el Flexicar Fuenlabrada fue kasibabu para pasar del 0 – 6 al 9 – 9. Paro aun así, durante todo el primer cuarto nos desenvolvimos más por chispazos que por una corriente continua. Solo corriendo nos encontrábamos cómodos.

El inicio del segundo periodo mostró un Flexicar Fuenlabrada en claro incremento de rendimiento. Cual parque eólico, los brazos de nuestros jugadores comenzaron a girar e incomodar la circulación del balón del rival. Tocando pases, punteando tiros, asegurando rebotes. Hubo un momento en que ni sacar de fondo pudieron los mallorquines. El 51 – 41 del intermedio expresaba bien lo eléctrico del partido con dos equipos plenos de tensión, jugando de tú a tú y sin especular.

Metidos ya en el tercer cuarto, el choque pasó a una fase de intercambio de golpes, una corriente alterna que mantenía las distancias estabilizadas en la decena (65 – 55 en el minuto 26 de juego). Empero a partir de ese instante se nos fue apagando la luz en ataque hasta que nos empataron a 65. Entonces un tiempo muerto de Iñaki Martín volvió a iluminar las ideas de nuestros jugadores. Una bola al poste con Belemene, una buena defensa, otro ataque con una inversión de balón que acaban ejecutando a la perfección Martin y Rigot… y otra vez arriba con el 74 – 65 nada más comenzar el último cuarto.

De ahí al final el Flexicar Fuenlabrada activó interruptores a la máxima potencia. Un ciclo combinado vertiginoso que resulta de la intensidad que le pone el equipo y de una afición que lo capta y transforma ese calor en más energía. Una retroalimentación entre los muchachos que corren, saltan y se entregan en la pista y unos aficionados que están entregados a ellos. Y la producción venga a crecer: 82 – 70 para amenazar con la escapada; 89 – 74 para apagar los ánimos del rival; 96 – 74 para iluminar definitivamente la celebración en el Fernando Martín.

Aquí lo nuclear está en entender lo que expresan cada vez que tienen ocasión entrenadores y jugadores del Flexicar Fuenlabrada. Ganemos o perdamos, pero démoslo todo. Ganemos o perdamos, pero que nuestra gente se sienta orgullosa de su equipo. Y claro está que hasta ahora no solo lo están expresando ante los micrófonos sino que lo están demostrando en cada entrenamiento y en cada partido. Pura energía.

Departamento de Comunicación del Flexicar Fuenlabrada.

Foto de Alba Pacheco.