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El Flexicar Fuenlabrada cayó 70 – 87 ante el Inveready Gipuzkoa en un partido dominado casi en su totalidad por los donostiarras. Llegamos al paréntesis liguero que suponen los partidos de selecciones nacionales con un balance de cuatro triunfos y cuatro derrotas. La siguiente cita será el sábado 6 de diciembre en la pista del Monbus Obradoiro.

Tras un octubre esplendoroso hemos tenido un noviembre de decaimiento en el rendimiento del equipo. La chispa y la inspiración han dado paso a la falta de acierto y la sensación de no llegar al nivel competitivo necesario. Lo que es innegable es que el equipo lo intenta, muestra deseo, pero en los últimos cuatro partidos de liga no ha traducido ese deseo en rendimiento.

Tan auténticas y ciertas fueron las cuatro victorias iniciales como lo son las cuatro derrotas más cercanas. Somos capaces de una cosa y de la otra. De lo que se trata es de resintonizar, encontrar de nuevo el hilo que se nos ha perdido las últimas semanas para optar a sumar más y más partidos ganados.

Ayer contra el Inveready Gipuzkoa pareció de inicio que el Flexicar Fuenlabrada sí estaba en la frecuencia de onda adecuada. Muy verticales en nuestros ataques, con dinamismo y hallando acierto en el tiro. Sin embargo, el 8 – 5 de los primeros minutos no tuvo continuidad. Se retroalimentó nuestra falta de eficiencia en los lanzamientos a canasta con la lacra que supuso la debilidad reboteadora. En ataque hallábamos buenas posiciones de tiro, pero errábamos. En defensa, las múltiples opciones que concedimos tras rebote a los visitantes facilitaron sus puntos. Demasiados puntos. 12 – 23 al final del primer periodo.

Lo bueno es que había treinta minutos por delante para reencontrar nuestro juego. Así lo entendió también la afición que empujó primero y se vino arriba después en cuanto el equipo soltó un par de chispazos: 19 – 25, minuto 14. Pero pagamos caro el haber dejado que los rivales cogieran confianza en los primeros compases del encuentro. Los donostiarras se sentían seguros de sí mismos, lejos del equipo con múltiples problemas que decía la clasificación. Y desde esa confianza nos castigaron cada vez para dispararse en el electrónico hasta el 22 – 40 poco antes del descanso.

El paso por los vestuarios dio lugar a que la dinámica del partido quedara estancada. Corregimos algunos errores, equilibramos el juego, pero no dimos la sensación de poder voltear el marcador. De hecho, la ventaja se estiró hasta una máxima de 24 puntos (40 – 64, minuto 29).

Sintonizado o con el dial escacharrado, este Flexicar Fuenlabrada es un equipo que lo intenta siempre. Gracias a ello prendimos una mecha de esperanza en el inicio del último periodo cuando al fin nos entraron un par de tiros consecutivos. De repente, al poner el 54 – 67 pareció que era posible ya que aún restaban ocho minutos de partido. No lo fue porque de nuevo afloró la confianza que ayer rebosaba el Gipuzkoa Basket. Dos tiros lejanos ante nuestra defensa agresiva se tradujeron en cinco puntos consecutivos que apagaron el intento de remontada fuenlabreño. De ahí al final poco más relevante ocurrió hasta certificar la victoria de los donostiarras por 70 – 87.

No volveremos a jugar hasta dentro de dos semanas. Será el sábado 6 de diciembre en la pista del Monbus Obradoiro. Y al Fernando Martín retornaremos el sábado 13 de diciembre recibiendo a otro equipo gallego, el Ourense. Tenemos días de trabajo por delante para resintonizarnos.

Departamento de Comunicación del Flexicar Fuenlabrada.     

Foto de Alba Pacheco.