Domingo 12 de enero de 2014, Palacio de los Deportes deMadrid. En juego Real Madrid contra Baloncesto Fuenlabrada. En elbanco visitante dos caras nuevas, los jóvenes del equipo filial, Chema Gonzálezy Boubacar Moungoro, siguen impacientes el ritmo del partido. El electrónico seacerca al minuto 18 marcando un 47-35, queda mucho por delante cuando ChusMateo pide cambio. Chema González salta de su silla para intentar no perder niuna sola de las indicaciones del técnico, a pesar de llevar a sus espaldasescasas horas de sueño. Aprovechando el parón previo a los tiros libres deMoussa Diagne, entra a pista en lugar de Román Montañez para esperar codo concodo junto a Marcus Slaughter que el juego vuelva a la acción. Oficialmente,Chema González acaba de debutar en la primera categoría del baloncesto español,la ACB. Pero su actuación no se queda ahí, durante los cinco minutos que estáen la cancha defiende tanto a Sergio LLull como a Sergio Rodríguez, disputa unaintensa lucha bajo el aro contra Bourousis, incluso librando a su compañeroMoussa del bloqueo del griego, cruzando la cancha y rematando una canasta queJames Feldeine no puede finalizar. La que es su primera canasta, y hasta elmomento la única, en la Liga Endesa. Termina el encuentro sin victoria para su equipo, “aunque nunca olvidaré este día”. Un díaque para él todavía no ha terminado, unas horas más tarde se vestirá lacamiseta del Fundación Baloncesto Fuenlabrada para jugar la que ahora mismo essu liga, la Adecco Plata. Lunes 13 de enero de 2014, Pabellón Fernando Martín. A las seis comienza el entreno del primer equipo, quedamoscon Chema un rato antes de que le atienda el fisioterapeuta. “Aún estoy contento” confiesa, “el día antes del partido lo pasé mal, nopodía dormir, me fui pronto a la cama y estuve dando vueltas hasta la madrugada,pero las tantas de la madrugada”. La resaca del debut le dibuja una gransonrisa en la cara, es la felicidad de ver que “el trabajo que haces cada día tiene su recompensa” como le dijeronorgullosos los miembros de su familia. Chema González se estrenó como dos de sus compañeroscanteranos del primer equipo, Javi Vega y Adrián Laso, contra un grande. Susveintidós años y sus dos metros seis centímetros de altura se quedan aparte cuandoexplica con la emoción de un niño lo que supuso para él: “Es el Real Madrid, ahora mismo tiene un equipazo de la ‘ostia’, el queves en la tele, que bate todos los récords. La verdad que me gustó mucho”. Esose nota especialmente cuando “ves aSergio Rodríguez y al resto, que son jugadores del máximo nivel, que han ganadoeuropeos, mundiales… y les ves ahí a pie de pista. Y cuando te dicen que cambio,sales con las ganas de decir "a por ellos"”, acompaña laexpresión con el puño cerrado y sin dejar de sonreír. Entre las múltiples felicitaciones públicas que le hanllegado, agradece y valora “de corazón”las palabras de su apreciado compañero de largos veranos de entrenamiento en elFernando Martín, Álvaro Muñoz, que escribía en su perfil de Twitter “el trabajotiene su recompensa y hay pocos que trabajen más que tú”. Y es que uno puededestacar por su talento o por su gran físico, aspectos ambos que no dependen dela voluntad personal sino de un don intrínseco o de la propia genética, pero elespíritu de ‘currante’ que tanto entrenadores como compañeros destacan en ChemaGonzález es únicamente fruto de su lucha, y su sacrificio diario. “Sucapacidad de esfuerzo y de implicación está fuera de toda duda” sentenciaArmando Gómez, entrenador del Fundación Baloncesto Fuenlabrada, “Chema es un jugador muy trabajador, tieneuna gran capacidad de sacrificio, una gran capacidad para corregir errores yasumirlos, también para aguantar la corrección y tener esa humildad para seguirmejorando y trabajando. Con el paso del tiempo, con su autoexigencia y a basede trabajo ha ido quemando etapas, cada año siendo mejor jugador y demostrandoque podía destacar y podía cumplir en la categoría en la que estaba jugando. Despuésde seis años en nuestro club, al final ha tenido la oportunidad gracias a sutrabajo, y también a Chus Mateo, de poder debutar. Es un premio, un iniciohacia lo que esperemos sea una carrera deportiva larga, pero él tiene queseguir trabajando porque únicamente es eso, un premio”. Aunque le vemos entrenar cada día tanto con el filial comocon el primer equipo, incluso jugar con los dos el mismo día, sabiendo queademás lo compagina con sus estudios, Chema niega tener una capacidad de esfuerzo porencima de la media, demostrando esa humildad a la que alude Armando Gómez: “No es que yo vea que hago más que el resto,yo siempre intento dar lo máximo pero lo máximo hasta sufrir y eso es un puntofuerte, también un punto débil a veces, pero es mi filosofía de entrenamiento,de trabajo duro de darlo todo, y no pensar en el mañana. Darlo todo en elentrenamiento, en el día de hoy, en el momento, en cada jugada”. Y sin quererpensar mucho más allá del ahora, sus aspiraciones son: “Intentar llegar a lo máximo posible hasta que no pueda más”, ponernombres propios sería marcar límites a un futuro que tiene mucho que ofrecer. Echando la vista atrás busca la razón que le trajo al mundodel baloncesto: “En realidad, se suponeque porque era alto, aunque de pequeño no era tan alto (arquea las cejas preguntándose‘¿por qué entonces?’). Crecí de los 18 alos 21, di un pequeño estirón (se ríe mientras lo recuerda). Pero me gusta ir a correr, me gustan todoslos deportes, y el que más el baloncesto así que aprovechando la altura...Simplemente porque me encanta, ¡me encanta este deporte!”. Un deporte alque llegó tarde según comenta: “En serioempecé tarde, a los 15. Antes jugaba en el colegio, pero no había reglas nipartidos casi. En clubs pequeñitos, colegios, en ligas federadas pero no comojuegan los junior de Fuenlabrada o los cadetes. Yo estaba en categorías inferiores hasta que llegué a Fuenlabrada, y una vez que llegas aquí trabajancontigo todos los entrenadores. Aunque tú tengas un entrenador, te entrena elsegundo del ACB, técnica individual, el primero del Plata, y eso a mí me ha hechomejorar porque cogía las mejores cosas de Nino, de Armando, de Sergio, de Frany eso te hace ser muy versátil luego”. Quien también echa la vista atrás unos cuantos años, es ChusMateo, entrenador del primer equipo, que le vio llegar por primera vez al club:“Es un jugador que cuando vino era súper delgadito,finito, sin peso, que gracias a su trabajo, al trabajo que han hecho todos lostécnicos de cantera y al trabajo físico, ahora es un jugador muy sólido,seguramente defensivamente es uno de los mejores proyectos del club. Se hahecho y ha evolucionado muy bien gracias a su trabajo. Ofensivamente puede quele falte aún algún recurso más, pero como digo es un jugador duro, un jugador sólido que es capaz definalizar bien debajo del aro, de correr la cancha, que se anticipa, que poneenergía y eso siempre para un entrenador es algo bueno y para el equipoobviamente también”. Por lo que admite que “sin duda es un jugador con el que en el futuro cuenta Fuenlabrada” yque los minutos que disputó contra el Real Madrid “por supuesto no van a ser los últimos en ACB”. Chema González cabecea con una sonrisa a medias alpreguntarle si se ve listo para la Liga Endesa: “Preparado siempre voy a estar pero aún falta mucho, quedan muchosentrenamientos”. La mayoría de ellos con sus compañeros del conjunto filial,para los que es un pilar importante: “Esuna alegría, una satisfacción para todos que un compañero llegue al primerequipo. Digo ‘compañero’, porque al final aunque yo sea el entrenador él es uncompañero de trabajo, compartes muchas horas con él y de todo lo bueno que lepasa te alegras. Para eso está el LEB Plata para ayudar al primer equipo cuandotenga lesiones y sobre todo a medio-largo plazo que jugadores como Chema, comoMoussa, o como alguno de los que tenemos en el primer equipo puedan asentarseen esta liga que es muy complicada. Él ha conseguido debutar pero esto es unacarrera de fondo, todavía le quedan muchos pasos que dar y tiene que tenertranquilidad y seguir trabajando como lo ha estado haciendo hasta ahora”. Asíhabla Armando Gómez de su pupilo, orgulloso a la par que exigente, más como un‘padre’ que como un compañero. Ya dejamos marchar a Chema González que va viendo como los jugadoresdel ACB, sus ‘otros’ compañeros, aquellos que lucharon junto a él frente allíder imbatible, van entrando a pista, los mismos que ayer le felicitaron y leinstaron a “seguir así”. El entrenamiento arranca, fuera quedan los recuerdos de undía inolvidable. ¡Al tajo!
Imagen: Chema González recibe las indicaciones de Chus Mateo,segundos antes de su debut. Fran Martínez. Departamento de comunicación del Club Baloncesto Fuenlabrada
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