El fin de semana nos había ido de fábula, con resultadospropicios en los otros partidos. Con la afición entregada desde el inicio llegónuestro turno. No lo aprovechamos. Y eso que lo intentamos, porque el trabajodefensivo fue notable, fajándonos bien y dejando al rival en un bajo 38% deacierto en tiros de dos puntos, peleando cada rebote, con buenas ayudas y varianteszonales e individuales.

Pero en ataque, ¡ay en ataque! En parte por las ganas deaprovechar la ocasión, en parte por el ansia de vernos desde el inicio pordebajo (0 – 7) el equipo quiso sumar demasiado deprisa y quizá abusó en excesode los triples. Cuatro tirados en los cuatro primeros ataques. Con un únicoacierto. En esos primeros compases se dibujó lo que sería el partido.

Cuando encontramos el camino para conectar con la pinturagracias a un activo Moussa Diagne logramos equilibrar el choque (9 – 10), sibien nunca tomamos la delantera. En el momento de las rotaciones salióreforzado el “Granca” y lo aprovechó para escaparse hasta el 19 – 30. Lo subsanamosen apenas tres minutos siendo más incisivos en ataque y forzando tiros libres(30 – 32). Y el pabellón de nuevo enardecido.

La dinámica se mantuvo tras el descanso. Los visitantesmandaban con rentas cortas pero administradas con sapiencia. Hasta que dimosuna vuelta de tuerca más en defensa y con el empuje de la grada pareció llegarel momento del asalto. Ni una sola canasta en juego de los amarillos durante másde cuatro minutos, triple de Dani Pérez y 46 – 47 en el marcador. Otra buenadefensa y recuperamos la bola, pero se nos escapa entre las manos y la jugadaacaba con dos tiros libres para el rival. Quedaban aún 13 minutos por jugarse,pero aquello supuso un punto de inflexión.

Tres pérdidas de balón casi consecutivas facilitaron eltrabajo del rival que acabó el tercer periodo con una suculenta renta cercana ala decena. Todo un botín para ellos y una montaña para nosotros. Y allá quefuimos, de nuevo dispuestos a escalarla, con más corazón que cabeza y con másinsistencia que acierto. Un parcial de 7 – 0 ponía el 53 – 57 e hizo que todoscreyéramos en la victoria.

Nuestra defensa funcionaba, pero el Herbalife no se amilanóy la necesidad nos pesó cada vez más. Un tiro errado por aquí, un rebote que seescapa por allá y el tiempo que se fuga. Cvetkovic, el más acertado de cara alaro en estos minutos, colocó el 59 – 65. Con una buena defensa recuperamos elbalón, pero no aprovechamos el siguiente ataque para acercarnos aún más y acontinuación un triple de Oliver supuso el golpe definitivo: 59 – 68 con minutoy medio por delante.

Derrota muy dura. Pero no cejaremos en el empeño. Seguiremospeleando. Con esa única idea retomamos los entrenamientos e iremos el próximodomingo a San Sebastián para jugárnosla ante uno de los equipos que tambiénestá en la lucha por la permanencia.

Departamento de Comunicación del Montakit Fuenlabrada.