Lo que pase en adelante lo desconocemos. Sin ir más lejos,ahora se aviene un calendario más que exigente con un repóquer de partidos dealta dificultad. Pero lo que sí sabemos es que la afición del MontakitFuenlabrada se siente más que orgullosa de su equipo, que éste ha conectado alas mil maravillas con la grada y que juntos estamos disfrutando de unatemporada feliz.

Cómo juegue el Fuenla en el futuro está por ver, pero simantiene la línea seguiremos viendo un equipo de baloncesto alegre. Valiente endefensa, apretando líneas de pase, con intensidad en los uno contra uno.Dinámico en ataque, con fluidez del balón, sin miedo a tomar tiros al inicio de la posesión. Que contraatacasiempre que puede. Un equipo coral en el que todos tienen derecho a sentirseimportantes.

Ese baloncesto alegre es el que explica que a pesar de tenerunos porcentajes discretos de acierto anoche en el derbi (44% de 2 puntos y 34%en triples) nos disparáramos hasta 85 puntos. Tamaña anotación fue posibleentre otras cosas por el magnífico balance de balones recuperados – balones perdidos.Por segundo partido consecutivo acabamos con más recuperaciones que pérdidas,algo realmente extraordinario y de gran mérito pues cuando se juega a granvelocidad es más difícil ser preciso.  

Desde el salto inicial dio la sensación de que el MontakitFuenlabrada iba a ser un vendaval. En apenas cuatro minutos ya habían anotadoTabu, Popovic, Paunic, Wear y González, todo el quinteto inicial. Y en defensabuena coordinación para anular las intentonas del Movistar Estudiantes. El 13 –4 amenazaba con una primera ruptura.

Pero los colegiales pararon el golpe mediante la maestría deJavi Salgado, capaz de adormecer el juego a su antojo y de horadar la defensafuenlabreña en los últimos segundos de posesión, sobre todo a partir de que elEstu encontrara a Hernangómez, Rey y Martín en la pintura. No sólo pararon losnuestros, sino que sacaron sus propios golpes hasta que con un triple deldominador Salgado se pusieron por delante en el minuto 16 (34 – 35). Suyosfueron los últimos minutos de la primera mitad que concluyó con ventaja foráneade cuatro puntos (45 – 49).

Fue un espejismo. Tras la vuelta de vestuarios el partidovolvió a ser lo que el Montakit Fuenlabrada quería, con las mismas virtudesofensivas que al inicio, pero con redoblada actividad defensiva. Así, prontoenjugamos la desventaja y tomamos la delantera con un parcial de 10 – 2. Lástimaque el gran empeño defensivo no viniera acompañado por más tino en el tiro acanasta, a resultas de lo cual el marcador quedó encallado en márgenes muyestrechos (60 – 59, minuto 27).

La igualdad llevaba a la tensión y las muñecas cada vez seveían más presionadas cuando encaraban el aro. Pero en lo que no dudábamos eraen la defensa. Todo un clínic en toda la segunda mitad. Así que era cuestión detiempo acabar abriendo distancia. El ejecutor fue Jonathan Tabu, que firmó sumejor partido como fuenlabreño. Un triple, una recuperación, un contraataque,otra recuperación, una asistencia ¡desde el suelo! para una bandeja de uncompañero. Todo con su firma. 75 – 65 a cuatro minutos del final. Ya no serecuperó el Estu y los minutos finales fueron para el festejo, con el colofóndel triple en el último segundo de Popovic para el 85 – 71 definitivo. Y denuevo “Mi gran Noche” con Raphael a tope y salida extra del equipo a saludar engran conexión con la afición. Que nos quiten lo bailao.

Departamento de Comunicación del Montakit Fuenlabrada.