Que si los viejos rockeros nunca mueren, que si más sabe el diablo por viejo que por diablo, que si la experiencia es un grado y tal y tal. Desde luego los Sekulic, Popovic y Paunic dieron ayer buena cuenta de todo ello. La vieja guardia, muy oportuno en el día en que precisamente el gran Guardia recibió la ovación de la afición y tuvo que saludar desde el palco donde figuraba como director deportivo del Tecnyconta Zaragoza.
El trío balcánico lideró la escapada inicial que nos alcanzó para doblar en el marcador al rival llegado ya el minuto 9 de juego (28 – 14). No lo hicieron solos, claro. Una buena dirección de Hakanson y la habitual hiperactividad de O’Leary también sumaron a la escapada.
Sin embargo, el momento de las rotaciones nos perjudicó en esta ocasión. Los maños comenzaron a sentirse cómodos con Juskevicius, Jelovac y Fotu anotando con fluidez y dieron la vuelta al marcador con facilidad pasmosa y temor obvio de que se repitiera lo vivido siete días atrás. 32 – 36 y run run en el ambiente. Apareció entonces nuevamente la muñeca de Marko Popovic para clavar dos triples cruciales, no ya en el marcador sino para el sosiego de ánimo de técnicos, jugadores y aficionados. Los cuatro puntos de ventaja al descanso (46 – 42) se antojaban buena base sobre la que volver a construir.
Unas pinceladas del desaparecido Benzing (46 – 47) fueron rápidamente contestadas con el poderío de Blagota Sekulic en ataque y con una defensa más activa de los nuestros. Así pudimos correr y alcanzamos el minuto 25 con la decena de puntos de ventaja (57 – 47). No se rindió el Tecnyconta que consiguió agarrarse al partido a falta del último cuarto (67 – 63).
Hasta ahí llegaron los aragoneses. La mayor capacidad y variedad ayer de la plantilla del Montakit Fuenlabrada terminó por agotar la resistencia del rival. La siguiente oleada ya no tuvo freno, sobrepasó los diques defensivos y disparó la renta hasta el 84 – 68 del minuto 36. Partido finiquitado. Décima victoria. La de la vieja guardia.
Departamento de Comunicación del Montakit Fuenlabrada.
Foto de Emilio Cobos. |