Una buena campaña. El curso en el que hemos vuelto a Europa cinco años después lo hemos disfrutado con catorce victorias como locales a las que hemos añadido la nada desdeñable cifra de cuatro triunfos como visitantes.
Más datos: la permanencia en ACB, gran objetivo de cada temporada, se ha logrado holgadamente. La teníamos en la mano desde la jornada 26 en la que derrotamos al ICL Manresa y la certificamos con el triunfo sobre el Herbalife Gran Canaria.
En la Eurocup cumplimos y sobrepasamos con creces los objetivos iniciales. Llegamos a los últimos 20 minutos del TOP16 empatados y dependiendo de nosotros mismos para colarnos en las eliminatorias de cuartos de final de la segunda mejor competición europea. Por el camino, triunfos de prestigio ante equipos que frecuentan en los últimos años las altas esferas continentales como Khimki Moscú, Alba Berlín, Retabet Bilbao, Lokomotiv Kuban, Granca, o Lietuvos Rytas.
En el debe queda sobre todo la debilidad como visitantes. En Eurocup perdimos todos los partidos a domicilio. Mucho mejor es el balance en la Liga Endesa con cuatro valiosísimas victorias en las canchas de rivales directos como Joventut, Betis, Manresa y Obradoiro. Solo ha habido dos salidas más en las que competimos por la victoria, las que hicimos a Zaragoza y Bilbao, donde caímos en finales muy igualados. En el resto el equipo ha penado y nos ha penalizado con derrotas abultadas en las que no mostramos el carácter necesario para competir. Así registramos seis partidos perdidos por más de 20 puntos de diferencia y otros cuatro por más de diez.
La gran fortaleza de este Montakit Fuenlabrada 16/17 ha residido en su fiabilidad contra los rivales directos, aquellos llamados de “nuestra liga”. El balance con los equipos del undécimo puesto hacia abajo es magnífico: ocho triunfos por cuatro derrotas. Esa base da tranquilidad más el extra de ser fuerte en posibles desempates que finalmente no han tenido lugar. Con los de arriba nos ha costado mucho más, claro, aunque hemos logrado tres triunfos en casa frente a equipos de play-off como Valencia, Herbalife Gran Canaria y Morabanc Andorra. Más otro contra el UCAM Murcia, que finalmente ha sido noveno.
Hay otro aspecto que merece ser muy destacado y que pone en valor la apuesta decidida y valiente del club por los jóvenes. Hasta la marcha de Moussa Diagne, tres de los cuatro jugadores con más minutos en pista eran Ludde Hakanson (20 años), Rolands Smits (21 años) y el mencionado Moussa Diagne (22 años). Jugadores con talento físico y técnico, dos de ellos salidos de nuestra cantera, que han asumido responsabilidades y con los que hemos logrado los objetivos marcados al inicio del curso. De hecho, solo Hakanson y Smits han disputado los 46 partidos oficiales de la temporada.
Y es que el resto ha pasado por multitud de vicisitudes. El equipo al completo lo ha hecho. Empezamos con el propio Hakanson como protagonista ya que fue el último en incorporarse al estar con su selección. Nada más llegar, arreciaron los rumores en la prensa sobre una posible vuelta al Barcelona, equipo del que procede como cedido. Cuando cesaron, las turbulencias llegaron con el otro director de juego, un Carlos Cabezas que no acabó de tener la sintonía necesaria con el cuerpo técnico y que salió del equipo tras la quinta jornada liguera.
En paralelo, Paco Cruz hacía ímprobos esfuerzos para superar las consecuencias de una operación de rodilla que había dado muchos más quebraderos de cabeza de los inicialmente previstos. Debutó en la segunda jornada, pero hasta diciembre no empezamos a verle con confianza y fuerza en su pierna.
Si Paco tenía que forzar era en parte porque su compañero de posición Marko Popovic tampoco era ajeno a los problemas físicos. Un referente como el croata se veía sin poder ayudar en siete de los 18 primeros partidos de la Liga Endesa. Sin olvidar la distracción generalizada que supuso el interés del Panathinaikos griego por hacerse con sus servicios.
La posición de escolta se veía así muy castigada. Resultó que quien mejor lo supo aprovechar fue quien más castigo recibió. Álex Llorca se había hecho un hueco en el corazón de la afición antes incluso de tenerlo en la cancha, y cuando lo consiguió y se ganó la confianza del cuerpo técnico se rompió los ligamentos de una rodilla precisamente en su partido 100 en ACB. Adiós a la temporada mediado diciembre.
No fue esa la única posición que sufrió los rigores de las lesiones. Blagota Sekulic estuvo fuera seis semanas por una fractura en un dedo. Le sustituyó Xavi Rey quien llegó casi a la vez que Luka Rupnik, uno para la pintura y otro para la dirección de juego. Xavi no renovó y el equipo pareció estabilizarse a caballo entre diciembre y enero, toda vez que Sekulic y Popovic iban dejando atrás sus problemas físicos.
Pero entonces, otra sorpresa. El Barça Lassa repesca a Moussa Diagne que también estaba cedido por los azulgrana. Llegó el turno para un nuevo relevo con el fichaje de Rafa Hettsheimeir quien tuvo que aclimatarse a todo correr para poder ayudar cuanto antes. El tramo final trajo algún que otro quebradero de cabeza para O’Leary y Paunic con diversas dolencias.
Ante todo esto se fue superando el equipo, siempre con el respaldo de la afición y con alegrías en forma de victorias y de reconocimientos individuales que en realidad son colectivos. Nos referimos especialmente a la elección de Rolands Smits como Mejor Jugador Joven de la Eurocup. Un premio que recompensa su trabajo, el de sus actuales compañeros y entrenadores y el de todos aquellos que han trabajado de un modo u otro junto al letón desde que llego a Fuenlabrada siendo un adolescente hace ya más de un lustro.
Despedimos así la temporada 2016/2017. Y volvemos la vista hacia la 2017/2018. Será la número 20 del Baloncesto Fuenlabrada en la mejor liga de Europa. ¡20 temporadas! A por ella.
Departamento de Comunicación del Montakit Fuenlabrada.
Foto de Emilio Cobos. |