Un equipo se deja notar cuando falta alguno de sus componentes. También se forja con la asimilación de nuevas piezas. No estaba hoy en Santiago por vez primera Chema González tras su marcha al Oviedo, tampoco Blagota Sekulic con su rotura parcial del tendón de Aquiles, Marko Popovic que ultima su recuperación tras la lesión del sóleo y Sergio Jiménez, técnico ayudante que tuvo que abandonar la concentración ayer por motivos personales. A ellos les dedicó el equipo la victoria desde el corazón del vestuario.
Sí estaba y bien que se dejó notar un Przemek Karnowski al que apenas cuatro días después de su llegada a Fuenlabrada se le vio muy integrado, centrado, celebrando cada acción. Aportó 7 puntos, 3 rebotes, 2 recuperaciones y 1 tapón en 18 minutos de juego, y la sensación de que va a sumar mucho al colectivo de aquí a final de temporada.
Destacamos su nombre por el debut con nuestra camiseta, pero en realidad el mérito residió de nuevo en el colectivo. Baste un dato para atestiguarlo: tuvimos más recuperaciones de balón (11) que pérdidas (9), un balance al que solo se llega por medio de la coordinación colectiva y la concentración en ambos lados de la pista. Y otro que también mejora ostensiblemente nuestra tónica habitual: 47 % de acierto en triples justo el día que falta nuestro máximo anotador y triplista, producto de una muy buena circulación de balón.
Lo que sí siguió nuestra línea habitual fue la necesidad de esperar al último minuto, al último ataque, a la última defensa para saber si resultaríamos ganadores o no. Viendo el discurrir del choque nadie se podrá sorprender. Se veía venir pues la máxima renta para uno de los dos conjuntos fueron apenas 6 puntos.
En ese tramo final tuvo gran protagonismo el carisma de Gregory Vargas que lideró en los momentos más calientes del partido. 18 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias llevaron su firma, pero sobre todo fue quien marcó la personalidad del equipo en todo momento. También destaca la aportación de Paco Cruz, incisivo en el ataque (16 puntos) y generoso con los compañeros (7 asistencias), a pesar de que vino de su selección con problemas físicos y apenas pudo entrenar en toda la semana. El trío que guio el guion con más de 30 minutos de juego lo completa Ian O’Leary con su intensidad permanente y su acierto de cara al aro en momentos claves: 10 puntos, 9 rebotes, 2 asistencias y 2 recuperaciones.
En la primera parte, sin embargo, fueron Gabe Olaseni y Rolands Smits quienes asumieron galones en la anotación, mientras que Álex Llorca fue pieza clave en los últimos y decisivos compases del encuentro.
Pongamos el foco en esos instantes finales. Ya con Olaseni y Smits eliminados por faltas, con el cansancio haciendo mella y con el rival con el bonus de los tiros libres a su favor, el Montakit Fuenlabrada dio una exhibición defensiva. No permitimos ni una sola canasta en juego de los gallegos en los últimos cuatro minutos. Ni un solo punto en los últimos 2 minutos y 55 segundos. Intensos, coordinados, intuitivos, duros en el rebote. Ejemplar el equipo en esas jugadas decisivas.
El 78 – 81 final significa la decimotercera victoria, pero no es una victoria cualquiera. Es la que mejor ejemplifica el valor y los valores del Montakit Fuenlabrada. Bravo.
Departamento de Comunicación del Montakit Fuenlabrada. |