Lo hemos vuelto a hacer. Remontamos ante el Baxi Manresa y ganamos. Es la remontada repetida, como ante el Estu, como ante el Murcia, es la requetemontada. Luego divagamos sobre por qué nos vemos obligados a ello, pero primero disfrutemos reviviendo esos momentos de trance en los que entra el pabellón, esa electricidad que se genera entre la cancha y la grada, entre el equipo y la afición y que arrolla lo que se pone por delante. Ya sean diez puntos en 100 segundos como ante el UCAM Murcia, ya sean 17 puntos en 17 minutos como anoche ante los manresanos.

Precisamente un manresano, pero con la camiseta fuenlabreña se llevará el gran protagonismo. Marc García firmó un excelso último cuarto en anotación, pero él fue solo la punta del iceberg. El mérito fue colectivo. No se anotan 57 puntos en tan solo medio partido sin un buen juego en equipo, que se fragua en la defensa y que te permite atacar con velocidad y en ventaja ante una defensa descolocada del rival. Las 22 asistencias con que acabamos el choque demuestran que efectivamente así fue: una victoria lograda entre todos.

Y ahora vayamos a la cara oscura. A la de la primera mitad. Lo que acabamos de escribir en el párrafo anterior es válido, pero dándolo la vuelta para describir el juego que hicimos en los veinte minutos iniciales. Pastoso, poco enérgico y desacertado como producto de lo anterior. Y es momento aquí de reconocer la labor de jugadores como Gillet, que en esos malos ratos mantuvieron al equipo a una distancia aún recuperable (30 – 42 al descanso).

Sin embargo el paso por vestuarios no nos activó. En la reanudación la ventaja visitante no hacía más que incrementarse hasta su máxima expresión con el 34 – 51. Y de repente, sin que nadie sepa explicar muy bien la razón, el Montakit Fuenlabrada cambió. Fue precisamente un triple de Gillet jugando de alero lo que encendió la mecha.

Ese cambio de posición del belga fue una de las novedades que Cuspinera introdujo en el juego para intentar sacudir al equipo. Otra fue ponernos en una defensa mixta, en la que algunos zoneaban y otros defendían en individual. El caso es que hicimos dudar al ataque rival y de buenas a primeras nuestra ofensiva ganó en fluidez. Tiros librados desde el exterior, buenas continuaciones para encontrar a los pívots… y 46 – 54 en el minuto 26 de juego. Había partido, mucho partido.

Aunque el Baxi Manresa trató de resistirse, el sunami del Montakit Fuenlabrada era ya imparable. Al final del tercer periodo ya estábamos a tiro de piedra: 61 – 63. Y entonces llegó la gran erupción. La de Marc García. Entró en trance y su éxtasis de 14 puntos consecutivos en cuatro minutos de juego nos lanzó a un poco antes increíble 75 – 68.

Pero claro, quedaban aún seis minutos de juego y no todo estaba dicho. ¿Una falta? en un triple acompañada por ¿una técnica? facilitaron cuatro puntos consecutivos a los manresanos que les devolvieron al partido.

Entonces, ese juego coral que antes resaltábamos brilló de modo sobresaliente. En los últimos tres minutos y medio anotaron hasta cinco jugadores distintos del Montakit Fuenlabrada. Richotti con un triplazo para mantenernos arriba (78 – 75), Bellas dando seguridad desde el tiro libre (80 – 78), Urtasun con un triple crucial ya en el último minuto cuando los visitantes habían vuelto a ponerse por delante (83 – 81), Eyenga con la jugada clave al robar la pelota y machacar al contraataque (85 – 81), y, cómo no, García con dos tiros libres para finiquitar la requetemontada (87 – 83).

Felicidad compartida por el tercer triunfo, por ser ante un rival directo, por saberse capaces de superar las zancadillas que la temporada nos va poniendo en forma de lesiones. Mucho tiene que ver en eso el ambiente del Fernando Martín. Que su aliento nos impulse también para sorprender el próximo domingo en Vitoria.  

Departamento de Comunicación del Montakit Fuenlabrada.

Imagen de Borja Benito Hojas.