Una tremenda nevada, la pandemia, no es el escenario más sencillo para adaptarse a una nueva ciudad.
“Ha sido duro, especialmente viniendo de Israel porque también fue difícil allí. Es fastidiado porque aunque tengo a la familia aquí, no pueden venir a los partidos”.
Solo llevas dos partidos, pero por lo que has visto ¿es la Liga Endesa como esperabas?
“Sí, desde luego. Me han dicho siempre que es la liga nacional más exigente del mundo tras la NBA. En la primera semana fue difícil ir ajustando cosas, entender lo que el entrenador quiere defensiva y ofensivamente. Pero ya estoy llegando al nivel del resto del equipo. Sí, esta liga es divertida y cada partido va a ser difícil”.
¿Cómo te sientes en el equipo?
“Me siento bien, estoy a gusto, día a día voy a más en cada entrenamiento y Chris me ayuda mucho en el juego, en conceptos defensivos. Como he dicho antes, en esta liga has de jugar duro en cada partido, si no defiendes no vas a jugar. Es en esto en lo que estoy más centrado”.
¿Qué puedes aportar al equipo?
“Puedo hacer de todo, soy muy versátil. Puedo jugar de cuatro, ayudar como pívot, ayudar en el rebote, cubrir la zona, abrir la pista en ataque. Lo más importante es estar metido en defensa, es mi prioridad, defender bien en cada partido”.
¿Qué esperas del resto de la temporada?
“Creo que con la llegada y adaptación de los tres nuevos jugadores vamos a conseguir más victorias y dar un empujón hacia la zona de play-offs”.
¿Qué te gusta hacer fuera del baloncesto?
“Juego a video juegos, pero sobre todo estoy aquí con mi mujer y mi hijo Kyle que tiene nueve meses. Es una bendición jugar al baloncesto cada día, volver a casa y estar con ellos. No lo cambiaría por nada en el mundo”.
Departamento de Comunicación del Urbas Fuenlabrada.
Foto de Alba Pacheco. |