Querer, quisimos. Y poder… pudimos. El deseo acabó imponiéndose al agarrotamiento que conlleva la trascendencia de ciertos partidos. Trasladado a jugadas, diremos que los numerosos fallos en el tiro fueron solucionados por las ganas de coger los consiguientes rebotes. Que los malos ataques se compensaron con esforzadas defensas. Y así, sufrido paso a sufrido paso, acabamos venciendo un choque que quizá sea crucial en el camino a la permanencia.

De inicio parecíamos dominadores de la situación. 6-2, 18-13 eran tanteos favorables acompañados por la sensación de que podíamos empezar a poner tierra de por medio. Empero aparecieron los errores en el tiro, especialmente flagrantes en los libres y en los triples. Buenos ataques desperdiciados por el toque de muñeca final. A la vez, en el otro aro los donostiarras anotaron dos o tres canastones de mucho mérito tras buenas defensas nuestras. Y las sensaciones cambiaron.

Ahora era el Acunsa GBC quien se encontraba cómodo y además era capaz de plasmarlo en el marcador hasta escaparse con un peligroso 25 – 37 en el minuto 17. A las luces rojas respondimos -¡al fin!- acertando desde el triple. Primero Emegano y luego 8 puntos consecutivos de Marc García reequilibraron el partido al llegar al descanso (39 – 43).

En el inicio de la segunda parte aún les duraba la inspiración a los tiradores del Acunsa GBC (41 – 49). Pero el Urbas Fuenlabrada había elevado el tono defensivo al mismo tiempo que Melo Trimble renacía con asistencias y canastas para reinstaurar la igualdad (47 – 49, minuto 23), un equilibrio que presidiría el partido hasta el desenlace definitivo.

A medida que nos acercábamos al final tomaba más valor el factor anímico, la tensión por la valía del triunfo en juego, especialmente palpable en el momento de encarar el aro. El último cuarto fue el de menor anotación en todo el partido y por eso cobraron tanto valor los rebotes. Ahí el trío Alexander, Eyenga y Meindl arrasaron con 32 capturas, casi tantas como todo el conjunto rival.

Justo es reconocer que, pese al desaguisado de los tiros libres de nuestro equipo, Eyenga anotó los cuatro últimos que lanzó. Tan importantes como los diversos robos de balón de nuestra defensa que nos proporcionaron cestas al contraataque y una pequeña pero sustanciosa ventaja.

Ya en el último minuto Alexander puso el 76 – 72 tras una buena conexión con Trimble. Respondió Magarity (76 – 74) y a continuación casi perdimos la bola. Con menos de 2 segundos en el reloj de posesión y 7 para el final del partido, nos tocaba sacar de fondo bajo la canasta rival. Tiempo muerto. Se dibuja la jugada. Y… sale perfecta. Balón a la esquina donde Obi Emegano se suspende para anotar la cesta que ponía el broche al encuentro.

Valiosísimo 78 – 74. La séptima victoria. Pase lo que pase en los partidos dominicales nos colocamos con dos triunfos sobre el descenso y cuatro equipos por debajo de nosotros. Resta un mundo de emociones con 13 partidos por jugar para nuestro Urbas Fuenlabrada.

Departamento de Comunicación del Urbas Fuenlabrada.

Imagen de Alba Pacheco.