Empecemos por el final. Esa sensación mezcla de felicidad, liberación y afianzamiento por ganar el primer partido de la temporada. Las sonrisas delatoras, la tranquilidad de saberse capaz de ganar y el espaldarazo que todo ello supone al trabajo realizado en los meses previos para configurar el plantel y a continuación en la pretemporada.
Un 91 – 78 justo con la superioridad mostrada por el Urbas Fuenlabrada. Fuimos fieles a nuestra propuesta de juego desde el inicio, sin especular en cada posesión de balón, mirando aro cada vez que había ocasión y siendo verticales. En defensa, aún con cosas por afinar, la presencia en la zona fue ya más contundente que en fechas precedentes.
Eran mimbres que creaban el contexto para la explosión del segundo cuarto. Del 25 – 23 con que lo empezamos, al 49 – 31 con que lo acabamos. Entre un momento y otro vivimos un aluvión de triples fuenlabreños con Sean Armand como principal protagonista. Pero no era solo una cuestión de brillar en la ofensiva, el equipo se estaba aplicando de lo lindo en la retaguardia. Gracias a esa buena defensa y el control del rebote pudimos correr y desarbolar al rival.
Esa entereza deportiva la perdimos en parte tras el descanso. Tres de los cuatro primeros ataques de los andorranos fueron canasta. El atisbo de reacción lo cortamos pronto, retomamos la actividad y nos disparamos en el marcador hasta los 26 puntos de ventaja. Tras un gran movimiento al poste de Ristic todo parecía presto para el festejo: 69 – 43 con poco más de 12 minutos por jugarse.
Empero el Morabanc Andorra tuvo el mérito del que se rebela cuando ya lo tiene todo aparentemente perdido y fue capaz de cerrar el tercer periodo 70 – 52. Un tanto aturdido, nuestro equipo trató de frenar la reacción con acciones individuales. Error. La preocupación se tornó en desazón y pronto en canguelo cuando la distancia se quedó en tan solo siete puntos (70 – 63) tras un parcial de 1 – 20 y aún con seis minutos por disputarse.
Despertamos a tiempo y con personalidad. Y lo hicimos sobre todo desde la defensa. Dejamos al rival un par de minutos sin anotar, tiempo suficiente pare estirar la ventaja por encima de la decena de puntos nuevamente tras el séptimo triple de Armand (81 – 68). El lacito definitivo al partido lo puso otro par de triples, esta vez de Kwan Cheatham. Y llegamos así a las sonrisas por la victoria de las que hablábamos en la primera línea de esta crónica.
Departamento de Comunicación del Urbas Fuenlabrada.
Foto de Alba Pacheco. |