Cuánta satisfacción en los rostros de aficionados, técnicos y jugadores del Urbas Fuenlabrada a la finalización del partido de ayer. Era la séptima victoria de la temporada, la quinta en siete partidos. Pero no era tan el qué sino el cómo.

Porque ganamos con cada gen de nuestro FuenlADN sobre la pista. A pesar de que enfrente estaba un equipo de Euroliga, a pesar de que contábamos con bajas notables, a pesar de que había presión por las victorias de muchos rivales directos en la clasificación. Superamos todos los pesares.

Incluso el pesar de no estar atinados de cara al aro, sobre todo desde el triple (nos quedamos en un 23 por ciento). Y este es el elemento central del progreso de esta última semana. Antes defendíamos mejor cuanto más anotábamos. Ahora, mejoramos la defensa incluso estando fallones en ataque. Y eso es un paso adelante soberbio.

La primera parte fue fea de ver para el espectador neutral. No porque hubiera excesivos parones, de hecho, el Baskonia acabó con cero faltas el primer cuarto, sino porque las imprecisiones iban ganando terreno a los aciertos. Los visitantes vivían del rebote en ataque y nosotros de momentos puntales de inspiración. La igualdad al descanso era merecida (38 – 41).

La victoria estaba ahí, para el que más deseo tuviera de agarrarla. Y ese sin duda fue el Urbas Fuenlabrada. Tras un inicio del tercer cuarto dubitativo, los últimos siete minutos fueron soberbios. Las cifras del periodo pueden reflejarlo (44 a -4 en valoración, 17 a 4 en rebotes), pero se quedan frías y lejanas respecto a la garra que el equipo demostró y la vibración con la que respondió la afición.

Un parcial abrumador de 24 – 1 entre el minuto 23 y el 30. Para frotarse los ojos y dejarse las manos en carne viva de tanto aplaudir. Lo construimos desde la defensa. Atacando desde la defensa, como le gusta decir a Raventós. Ganando los uno contra uno y con un entramado de ayudas que se coronaban siendo fuertes, al fin, a la hora de cerrar el rebote. Y luego, a correr. Más o menos alocadamente, pero siendo incisivos, verticales, sin dar tiempo a que el rival se enterara de por dónde le venían los ataques.

Así que encaramos el último periodo venciendo 66 – 49. Tocó hacer una labor de aliño hasta el final. En ningún momento peligró el triunfo, pero tampoco fuimos a más en el marcador. Hubo tiempo para saborear la victoria como merecía. Soberbio partido y feliz celebración.

Nos podemos permitir una sonrisa amplia en la matinal del lunes, pero ya esta misma tarde volvemos a la pista para trabajar en el partido de pasado mañana. Y es que este miércoles nos tocará pugna con un rival directo por la permanencia. Será a las 20:00 horas. Ojo al Coosur Real Betis – Urbas Fuenlabrada que se avecina.

Departamento de Comunicación del Urbas Fuenlabrada.     

Foto de Alba Pacheco.