Te levantaste el sábado y pensaste. Hoy juego. ¿Cómo fueron las sensaciones del sábado?
“Sensaciones lindas. Algo que no vivía hace mucho tiempo, esa ansiedad, esos nervios, esos minutos antes del partido, el entrar en calor, el tiro… algo que extrañaba mucho y se vivió como el primer día que salís a la cancha, con ese cosquilleo dentro del estómago y volver a estar dentro de una pista con mi equipo, sensaciones que, a pesar de ser nervios, se disfrutan mucho”.
¿Cómo han sido estos meses previos y por qué has estado hasta ahora sin competir?
“Bueno, meses con días buenos y días malos. Fue una decisión de esperar a ver si llegaba alguna oferta de un equipo de ACB o de primera categoría de algún otro país, pero las propuestas no eran las que imaginaba. No fue fácil, al principio después de jugar con la selección empecé a entrenarme con motivación, me vino bien para seguir trabajando en mi físico y una vez que comenzó la temporada se hizo más difícil. Verlo por la tele, verlo desde afuera no es fácil sabiendo que uno también puede estar ahí adentro. Tuve altibajos, pero bueno. Estoy agradecido al Fuenla porque no solo esta temporada, sino desde hace varios años siempre me permitió usar las instalaciones, estar cómodo, sentirme en casa, mi fisioterapeuta está aquí en Fuenlabrada, me siento muy cómodo aquí. Y estas últimas semanas estuve entrenando con el equipo y llegó el momento en que quería jugar, necesitaba jugar y qué mejor que hacerlo aquí donde me siento tan cómodo. El equipo me recibió como uno más”.
Es curioso qué tiene el Fuenlabrada con los argentinos ¿no? Desde Pablo Prigioni, Walter Herrmann, Leo Mainoldi, Matías Sandes, Juan Fernández, ahora Mateo y tú.
“Han pasado muchos y muy buenos, eso es buena señal. Jugadores con carreras espectaculares y Mateo también con un futuro muy brillante, Juan Fernández lo está demostrando también en Breogán. Creo que eso habla muy bien del club, más allá de ser argentino o no, la filosofía de trabajar con jóvenes, llevarlos por el buen camino y que sean exitosos en su mejor nivel”.
¿Cómo te ha acogido el vestuario desde que llegaste?
“Honestamente, fue muy fácil. Tal vez no lo esperaba de esa manera, al ser un jugador que estaba sin equipo, que vino a entrenar y dar una mano, capaz que en otro lugar me podían haber visto con otra cara porque la llegada de otro jugador implica que alguien va a dejar minutos de lado para que yo pueda jugar. Y no fue el caso. Desde el primer día todos me trataron como uno más, con Tomás Bellas me había enfrentado varios años, con Mateo nos conocíamos de la selección, pero con los demás no había coincidido. Y me trataron como si estuviera en el equipo desde el inicio de la pretemporada y eso se agradece mucho y creo que se ve dentro de la cancha, esa comodidad entre todos”.
¿Qué te piden Toni Ten y Rubén Perelló que aportes al grupo?
“Un poco de todo. Obviamente experiencia con mi edad y mi trayectoria, tratar de acomodar un poco el equipo en el sentido de la ocupación de espacios, de la agresividad defensiva, en leer un poco mejor las situaciones y ser yo mismo, más allá de tratar de aprovechar los minutos que Toni me pida en la cancha y aportar esa templanza, esa calma en momentos difíciles”.
Al final el baloncesto es baloncesto ¿no? Es verdad que la LEB es una competición nueva para ti, con sus peculiaridades, pero acaba siendo un cinco contra cinco en todos los sitios.
“Sin duda. Tomo esta competición con mucho respeto, nunca jugué en LEB ORO, honestamente, miré poco esta liga en el pasado, sabía que era muy física, competitiva, quizá los espacios con los que se juegan son algo diferente respecto a ACB, pero al final es baloncesto y no se olvida cómo jugar. El mejorar el uso de los espacios es lo que nos va a permitir jugar mejor a todos”.
Has jugado en ambientes de todo tipo y conocías el Fernando Martín jugando como visitante, pero esta vez lo viviste a favor. ¿Qué te pareció, os ayudó el público el sábado ante el Betis?
“Sin duda. Creo que la última vez que jugué en Fuenla fue con el Baskonia y fue uno de los partidos más difíciles de la temporada. El año pasado con el Girona estuve en el banquillo, pero no jugando. El ambiente que se vive aquí dentro es fenomenal, pero estando del lado del local se disfruta muchísimo más”.
Háblanos del partido del sábado en Valladolid, es uno de los equipos de la zona alta. ¿Cómo esperáis el choque allí?
“Un partido muy complicado, es un equipo que viene con confianza, un equipo muy físico que va a trabajar el partido desde el minuto uno. La clave va a estar en nuestra tranquilidad y en nuestra cabeza, en trabajar el partido, no va a ser un partido en que vayamos a estar diez o quince puntos arriba desde el comienzo, sino que va a ser cuestión de trabajarlo los cuarenta minutos y el último tramo va a definir quién está mejor. Creo que la templanza va a ser la diferencia”.
Departamento de Comunicación del Baloncesto Fuenlabrada.
Foto de Alba Pacheco. |