Lo había dicho durante le semana e insistió en ello en los tiempos muertos durante el partido. Javi Juárez tenía claro que nos iría mejor jugando en transición, con un partido de ida y vuelta. Si el juego se desarrollaba en el permanente cinco contra cinco más estático entonces tendríamos menos opciones.
Certero análisis a tenor de lo que se vio en el palacio de los deportes murciano. El 0 – 11 de salida a nuestro favor fue un espejismo. Que nadie esperara un partido plácido. Pronto las fuerzas se equilibraron tras tiempo muerto de los locales (9 – 12) marcando lo que sería el resto de un pulso de 40 minutos que solo se resolvería al final.
Gracias al control del rebote en nuestro propio aro, mediado el segundo cuarto dimos un nuevo estirón. Rebote y rauda transición solían traducirse en beneficios para los nuestros (24 – 33). Tan cierto como que la rápida respuesta murciana, de nuevo tras tiempo muerto, reubicaba el marcador en la senda de la igualdad (29 – 33).
Tras el descanso, nos vimos fugazmente por debajo (45 – 44), antesala de lo que fue un tercer periodo de desgaste por ambos bandos, tanto desde el punto de vista físico como de la acumulación de faltas personales. El 55 – 60 con que llegamos a los últimos diez minutos presagiaba emociones fuertes.
Tratamos de evitarlo con una nueva escapada, de nuevo fruto de buenas defensas que nos permitían hacer un juego rápido y anotar sin permitir que el rival montara su defensa en cinco contra cinco: 58 – 67 (minuto 32). Pero otra vez el consabido tiempo muerto local precedió a un nuevo estrechamiento de las rentas, esta vez ya definitivo (64 – 68, minuto 34).
Decimos definitivo porque no habría más escapadas por un lado ni por otro. El partido se iba a resolver en un final igualado. Ahí pagamos caro algunas pérdidas de balón y, ya en el último minuto, erramos un par de acciones francas para anotar ante el aro rival. Se nos escurrió el triunfo entre los dedos, igual que hace siete días fuimos capaces de agarrarlo ferozmente. Es lo que tienen los finales igualados, unos caen de tu lado y otros no.
“No puedo poner un pero a los jugadores, lo han dado todo en la pista”, recalcó nuestro entrenador al final del encuentro. Eso es lo que se pide. Fuimos competitivos, estamos en el camino de seguir sumando victorias. Ahora llega el paréntesis de la selecciones. Volveremos a jugar el sábado 5 de diciembre, será en casa contra el Valencia Basket. Exigencia máxima, una vez más.
Departamento de Comunicación del Urbas Fuenlabrada.
Imagen de ACB Photo / J. Bernal |