Se nos escapó el primero en casa. Triunfo merecido de los visitantes, que fueron por delante en el marcador en casi todo momento, pero también nosotros hicimos merecimientos para al menos haber tenido más cerca la victoria en el tramo final del encuentro. Nos lo impidieron varios factores, algunos que dependían de nosotros y otros que no.
El rebote defensivo. Tras un primer cuarto vibrante de intercambio de canastas, en el segundo periodo el Flexicar Fuenlabrada defendió a un gran nivel, sin embargo sufrimos para cerrar el rebote defensivo. Eso dio segundas oportunidades a los burgaleses y sobre todo nos impidió poder correr para sumar puntos fáciles en transición. Ellos sí pudieron hacerlo y de ahí la primera renta apreciable en el partido: 26 – 36, minuto 19.
Esos balones escurridizos. Hubo al menos media docena de situaciones en las que tras una buena acción defensiva acabamos siendo castigados. Por ejemplo, un resbalón cuando ya salíamos al contraataque y con ventaja que supone una pérdida y un triple en contra. O un rebote que tenemos controlado entre dos de nuestros jugadores y que acabamos perdiendo por falta de entendimiento. Cada detalle cuenta en este tipo de partidos.
Las faltas y los tiros libres. Afrontamos la segunda mitad con la necesidad de voltear el 32 – 39 que mostraba el electrónico al descanso. Nuestra entrada al tercer cuarto fue muy decidida, pero el rival respondió sin amilanarse pues no quería perder la diferencia en el marcador. Donde sí hubo diferencia fue en el criterio arbitral en esos instantes. En menos de cuatro minutos ya nos habían indicado cinco faltas en contra por ninguna de los burgaleses. Ya habían metido a Nwogbo en cuatro personales y habían indicado una técnica a Toni Ten por pedir explicaciones de las señalizaciones. Ese carrusel de tiros libres significó la máxima renta visitante con el 38 – 50. Acto seguido Tanner McGrew tuvo que recibir hasta cuatro personales para que los árbitros pitaran la primera infracción visitante con la consiguiente algarabía de la grada. El tercer cuarto concluyó con un cúmulo de 18 tiros libres burgaleses por tan solo 7 fuenlabreños.
Los tiros errados tras buenos ataques. No fue nuestro día de cara al aro. De ahí que nos quedáramos en apenas 70 puntos al final. Fallamos tiros cercanos al aro tras haber puesto el balón allá donde queríamos. Y fallamos lanzamientos triples, muchos, tantos como que ya en el último periodo tan solo habíamos metido 1 de 15. De hecho, cuando fuimos capaces de anotar tres seguidos apretamos el marcador hasta el 58 – 61 a seis minutos del final.
La calidad del rival. Con ese 58 – 61 los burgaleses se sacaron de la chistera dos triplazos lejanísimos de Gudmundsson y Corbalán que les devolvieron cierto colchón, a la postre decisivo para llevarse la victoria. Ya antes habían firmado otras acciones brillantes ante buenas defensas del Flexicar Fuenlabrada.
La toma de decisiones. Destacó Toni Ten en la rueda de prensa postpartido que nos había faltado lucidez para tomar las decisiones adecuadas en algunos momentos calientes del choque y que eso nos impidió controlar mejor el partido y haber tenido más opciones para ganar. El 62 – 69 a 4 minutos del final fue lo más cerca que estuvimos en el tramo final.
En fin, que entre unas cosas y otras, la victoria se fue por la A-1 camino de Burgos. La indudable entrega del equipo se quedó sin premio. Como ocurrió con el gran apoyo de una afición que pobló las gradas del Fernando Martín hasta acercarse al lleno. Magnífico ambiente con presencia también de la hinchada visitante. Algo parecido ocurrirá el próximo sábado cuando vayamos a Valladolid (19:00 horas). En las gradas del Pisuerga habrá más de un centenar de seguidores fuenlabreños. Con ganas de que llegue ya.
Departamento de Comunicación del Flexicar Fuenlabrada.
Foto de Alba Pacheco. |