“Me sorprendo del bullicio y ya no sé qué decir” cantaba Rosendo Mercado con Leño. Es lo mismo que exclamaron o pensaron los jugadores del Montakit Fuenlabrada cuando el pasado jueves vieron cómo los aficionados irrumpían en el entrenamiento del equipo para animarlos y hermanarse con ellos. Estábamos a 48 horas del derbi y los seguidores expresaban con fuerza su manera de vivir estos partidos.
“No sé si estoy en lo cierto, lo cierto es que estoy aquí, otros por menos han muerto, maneras de vivir” dice otra estrofa de la canción carabanchelera. Acéptennos la hipérbole, en el Fernando Martín estamos superando la taquicardia cada dos por tres. Otros por menos han muerto. Ya son siete los partidos que se han resuelto en el último minuto o en el último segundo, como el de anoche: los jugados ante Barça, Andorra, Manresa, Burgos, Breogán, Obradoiro y Estudiantes. Está claro que es nuestra manera de vivir este curso.
También es evidente que no se ganan partidos en la Liga Endesa con solistas, se necesita todo un grupo bien orquestado. Que si alguna vez desafina, como ocurrió al principio (9 – 19, minuto 7 de juego), sea capaz de recomponerse usando nuevos instrumentos. Quizá las ganas de agradar a la parroquia nos llevaron a un desorientador inicio de concierto, con el infortunio de la lesión de Llorca (que pueda subir pronto al escenario de nuevo, por favor) y dando la nota con discusiones en la pista. Mucho mejor eso que la apatía.
El caso es que olvidamos el “unplugged” y nos enchufamos. Vivimos así un partido eléctrico en el que Kravtsov fue un martillo pilón en la batería (16 puntos, 8 rebotes y 23 de valoración). Le acompañaron poniéndole intensidad y percusión en la zona O’Leary y Kemp con 8 puntos por cabeza. Paco Cruz se marcó unos punteos espectaculares a la guitarra que le convirtieron en el máximo anotador del partido (26). Eyenga elevó el bajo por los aires con una primorosa segunda parte (16 puntos, 6 rebotes y 2 tapones para él). Pero curiosamente llevó la voz cantante el último en llegar: Earl Rowland se erigió en protagonista demostrando todo su oficio con una rapidísima adaptación al grupo, sus cifras fueron 7 puntos, 7 asistencias y 5 faltas recibidas.
Uno de sus pases sirvió para que O’Leary empatara el partido al descanso en acrobática canasta sobre la bocina (48-48). Los guarismos hacían así justicia a nuestro rearme para igualar las fuerzas. Pero fue a partir del minuto 25 cuando impusimos nuestro son para tomar la delantera en el marcador (66 – 62 tras un parcial de 8 – 0). Ahí el Estudiantes no se amilanó y respondió por medio de Gentile para empatar nuevamente a la conclusión del tercer periodo (68 – 68).
Con todos nuestros instrumentos afinados y vibrando en armonía con una grada entregada, el Montakit Fuenlabrada lideró los minutos decisivos del choque. Enfrente el solista Clavell aguantaba a los suyos con 13 de los 14 primeros puntos que los colegiales anotaron en el último cuarto. Pero solo él no podía resistir y un taponazo de Eyenga a Gentile tras una gran defensa dio paso a que Kravtsov pusiera la máxima ventaja a nuestro favor (89 – 82 a 1:22 del final).
El Estudiantes se entregó buscando el bis de la prórroga con ataques muy cortos y defensas agresivas. Con 93 – 89 defendimos bien y forzamos su fallo, la pelea por el rebote, con varios jugadores por equipo lanzándose a por la bola acabó con balón para los visitantes. Rowland quedó pinchado en la cadera de Wittington en el bloqueo y un triple con adicional concedido por los árbitros de – quién si no – Clavell dio la oportunidad al Estu de empatar. Falló y nos quedamos con el triunfo 93 – 92. Ya saben, el duodécimo consecutivo ante los vecinos en casa. Y más importante aún, el séptimo en la Liga Endesa.
El miércoles a las 20:30 horas, nueva actuación con el Fernando Martín como escenario, será la última europea con el Lietkabelis como rival. Y el sábado vamos al Palau Blaugrana, allí donde nunca hemos ganado… por el momento. Tenemos por delante 15 apasionantes jornadas de gira liguera, esto no para. Si ya lo decía Rosendo: “Voy cruzando el calendario con igual velocidad subrayando en mi diario muchas páginas”.
Departamento de Comunicación del Montakit Fuenlabrada.
Imagen de Emilio Cobos. |