No nos basta con diez, ni con veinte, ni siquiera con treinta como ayer. Necesitamos jugar partidos con cuarenta minutos de máxima energía, de intensidad plena. De lo contrario será harto complicado sumar triunfos y más ante rivales como el Joventut, o como los próximos en el calendario: Lenovo Tenerife, Unicaja y Cazoo Baskonia.
Y da rabia, porque ante los badaloneses demostramos que estamos ahí, que podemos pugnar de tú a tú con prácticamente cualquier equipo de la Liga Endesa. Que la victoria de ayer perfectamente se podía haber quedado en casa, en ese Fernando Martín abarrotado que volvió a arropar al equipo en las buenas y en las malas.
De inicio hubo más ración de estas últimas, de las malas. Quizá muy centrados en detalles tácticos, nos faltó dureza defensiva, más nivel de contacto. No incomodamos lo suficiente a un equipo repleto de talento que lo aprovechó para tomar el mando del juego y del marcador. Así que, tras encajar 109 puntos en Bilbao, nos veíamos al final del primer cuarto con otros 27 en la mochila.
Nuestra energía comenzó a crecer en el segundo periodo, tanto es así que del minuto 10 al 15 apenas concedimos seis puntos al rival. La pena es que en ese tramo del partido no anduvimos muy finos en el tiro y no pudimos reflejar en el marcador nuestra mejora defensiva. Al descanso llegamos 34 – 44.
En la segunda parte seguimos incrementando esa intensidad que añoramos al inicio del encuentro. Y es verdad que nos topamos con la calidad de los rivales que eran capaces de anotar a pesar de nuestra buena defensa (45 – 61, minuto 27), pero ya estábamos decididos a llegar hasta el final con todo. El Carplus Fuenlabrada se empeñó en que hubiera partido. Y lo hubo.
Un parcial de 8 – 0 a caballo entre el tercer y el cuarto periodos terminó por encender el pabellón y dio paso a unos trepidantes últimos minutos (59 – 65, minuto 31). Juagada a jugada unos luchábamos por completar la remontada y otros por aferrarse a su renta. No había acción sin su réplica, baloncesto de muchos quilates.
Un triple de Novak colocaba al 70 – 75 con cuatro minutos por jugarse. Nuestra tendencia era alcista dentro y fuera de la pista con la afición achuchando de lo lindo. Pero nos faltó un detalle, un crucial detalle en el esprín final: el rebote defensivo. Hasta cuatro rechaces capturaron los visitantes en las jugadas decisivas.
A pesar de ello seguimos cual hormiguitas reduciendo la desventaja (76 – 79 a 1:25 de la conclusión). El talentazo de Tomic y un nuevo rebote en ataque del Joventut acabaron por dejarnos en la orilla. Nuestra última brazada nos llevó hasta el 81 – 83 a ocho segundos del final. Pero no fue suficiente. Seguramente el partido no se perdió en esas últimas jugadas, sino en el primer tramo del mismo.
Da mucha rabia. Quedémonos en la cabeza con todo lo que hemos de mejorar. Ese arranque sin la energía suficiente, los errores solucionables como los tiros libres o las pérdidas de balón no forzadas. Hay que mejorarlo. Pero también quedémonos con las muchísimas cosas positivas que hizo el Carplus Fuenlabrada. Nuestro equipo jugó como tal, como equipo, y por eso nos disparamos hasta las 24 asistencias. Cada vez compartimos mejor el balón. Y con la intensidad adecuada logramos hasta diez recuperaciones en defensa. Estamos ahí. Nuestra versión competitiva planta cara y lucha por la victoria ante cualquiera. Toca demostrarlo el próximo domingo en la pista del líder.
Departamento de Comunicación del Carplus Fuenlabrada.
Foto de Alba Pacheco. |